lunes, 21 de octubre de 2013

Billetes batallan contra las monedas



Las grandes y doradas monedas de un dólar que se obtienen en las máquinas cuando se compra la tarjeta Metrocard para movilizarse en el Subway de New York no logran seducir a sus usuarios.



Aunque la Reserva Federal de Estados Unidos, FED, acuñó las monedas con un plan de ahorro en la producción del papel moneda, el negocio no parece tan rentable porque los usuarios no se sienten cómodos con las monedas.

Según un estudio de la unidad de investigación del Congreso, el Gobierno logra una ganancia neta de 5.500 millones de dólares en 30 años al reemplazar el billete de dólar con la moneda del mismo valor, pero lo usuarios no han apoyado el plan.

Actualmente son más de 1.000 millones de dólares que están en poder del Gobierno estadounidense y que deberían estar de mano en mano entre los usuarios del dinero efectivo.

Esas monedas de un dólar son comunes cuando los usuarios pagan en cash y no con tarjetas sus costos de transporte en el servicio público de Estados Unidos y en ocasiones hasta se reciben como cambio en algunos puestos de revistas, pero es raro que algún establecimiento comercial entregue monedas, en general se reciben los populares billetes de un dólar.

Ahora que Estados Unidos está discutiendo como ahorrar dinero, la fabricación de estas monedas parece la respuesta para reducir el costo de la producción de billetes que se desgastan fácilmente y hay que reemplazarlos con mayor frecuencia.

Pero las monedas que deberían estar en circulación ahora están amenazadas de ser cubiertas por el polvo en las arcas del Gobierno de Estados Unidos sin que nadie las quiera. Para ellos no es cómodo porque rompe los bolsillos y ellas tampoco las prefieren porque pesan en las carteras.

Las monedas de un dólar son piezas doradas de manganeso que llevan impreso el rostro de los presidentes estadounidenses y de la indígena Sacagawea que por ley se fabrican desde 2005.
El Congreso de Estados Unidos aprobó la emisión de estas monedas conmemorativas para tener más monedas de un dólar en circulación y como función educativa. Inicialmente los debates proponían que entre las imágenes se promocionara la Estatua de la Libertad, pero finalmente fue la indígena quien ganó las mayorías entre los legisladores.

La idea era ahorrar costos y lograr alguna ganancia por el deterioro de los billetes de un dólar porque la fabricación de cada moneda cuesta 30 centavos de dólar.

Preferidos por el público

En su tradicional espacio All Things Considered, la cadena radial norteamericana NPR reveló que ningún ahorro se ha visto con las pesadas monedas que se encuentran en el banco central, arrumadas en cámaras de seguridad y protegidas con bolsas de plástico porque es dinero que poco circula.
El billete verde de un dólar sigue siendo el rey entre el dinero circulante de Estados Unidos.

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