jueves, 10 de septiembre de 2015

Todos contra Donald o todos ¡por Biden!

Gústenos a o no, la carrera del millonario Donald Trump por la presidencia de Estados Unidos se ve imparable. El magnate dice lo que quiere y provoca iras y odios por doquier. Le fue mal en su comentario sobre la periodista de Fox, Megyn Kelly, pero ahora hizo comentarios más sinuosos, pero con más cuidado sobre el rostro de su contendora por la nominación Republicana, Cara Carleton Sneed, conocida como Carly Fiorina,ex-presidente de Hewlett-Packard y quien de paso es su única competidora femenina por la designación como candidato opositor de la ex primera dama y ex secretaria de Estado, Hillary Clinton. La señora Clinton es la dama de los Demócratas, y parecía que sería coronada, compitiendo sola e imbatible en su aspiración porque nadie pretendería disputarle su nominación como candidata sucesora de Barack Obama. Pero ahora enfrenta una empinada caída frente al ex senador de Virginia, Bernie Sanders, quien parece subir puntos aceleradamente entre las encuestas de opinión. Pero el gran rival de Hillary está en casa. Su verdadero enemigo oculto y quizás pronto revelado sería el vicepresidente, Joseph Robinette "Joe" Biden, Jr.,quien ya dijo que...
¡no le choca la idea, que lo está pensando! y que si su familia lo pide,
así lo hará. Pero recordemos que antes de morir afectado por un cáncer, el hijo de Biden, el exfiscal General de Delaware, Beau Biden, era el gran promotor de esa candidatura, entonces, habrá que esperar si Biden se decide a convertirse en el titular para convertirse en el candidato a la presidencia, es decir ser el que manda en la oficina que hoy ocupa Obama. Como siempre todo puede pasar, pero si se confirma la hipótesis y por segunda vez, la corriente de Obama arrasa las aspiraciones de Clinton, estaríamos frente a una campaña más interesante. Sería la excentricidad de Trump contra la caballerosidad, simpatía y experiencia política de Biden. A Trump se le acusa de su inexperiencia y falta de conocimiento sobre temas y detalles que a un político no se le perdonan, pero a Biden le sobra experiencia, lo cual se suma a su natural simpatía. Lo hemos visto en las ceremonias inaugurales del Congreso, largas horas parado esperando pacientemente a congresistas, sus esposas, sus hijos y hasta nietos, haciendo fila para tomarse la selfie con el vicepresidente. Una sonrisa siempre lista y bonachona para cada integrante de la familia. ¡Y como decía mi abuelita, con la amabilidad nadie puede pelear, porque siempre gana el mejor!

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